Había una vez una viejecita que todas las noches tenía visita. Y siempre ofrecía, sin mucho copete, a su buen amigo un cuidado banquete. Los dos disfrutaban de la compañía. El búho ululaba y el gato dormía.
Pero aquella noche, a la hora acordada, llegó el visitante yà íno encontró nada! La vela apagada, la rueca vacía y en la mecedora nadie se mecía. Ni el búho ululaba, ni el gato dormía. De prontoà
Una viejecita que sola vivía siempre deseaba tener compañía y todas las noches, muy triste y marchita se sentaba a hilar, esperando visita. Ella hilaba e hilaba y esperaba y esperaba, pero la visita no llegaba.Así comienza este divertido cuento rimado, en medio del bosque y con un monstruo a las puertas. Una historia sobre amistad, de la que al principio da un poquito de miedo. Perfecto para contar en Halloween. Una historia acumulativa de misterio, mucho suspense y íterror!à pero con final feliz.